Adiós, Hola.



Adiós querido ex mejor amigo. Hola compañero.





Intentas abrir la puerta de mi vida que un día puse cerrojo por si algún día decidías volver. No por crueldad, ni resentimiento, al contrario, te estuve esperando demasiado tiempo, asta que por fin entendí que a ti te pudo el orgullo y a mi el sufrimiento. Te fuiste pegando un portazo en mi vida y desordenando aquellas hojas que tenía apiladas en un rincón de mi mente. ¿No se supone que los amigos siempre están ahí? Sin embargo tú me fallaste y ahora decides regresar como si nada. 
Ahora se supone que tengo que perdonarte y poner sonrisa falsa, como si nada hubiera ocurrido, sin embargo quizás para ti nunca fue nada, ya que nunca creo que me tomases como importancia, pero para mi eras aquel amigo que me alegraba el ánimo. 
¿Qué tengo que hacer? aunque es una pregunta estúpida, porque se que al final acabaré perdonándote,  igual que se que ya no significarás jamás lo que significaste para mi. Adiós querido ex mejor amigo, Hola compañero.

La rutina se destruyó

Es duro ver como me suplantas tan pronto por otra, y más duro es ver que me suplantas por aquella que decías que te daba asco. Es duro ver como queremos volver a ser amigos sin que uno de los de el primer paso. Es duro ver que cuando tengo frío ya no me ofreces tu chaqueta ni yo te la pido, por que ahora la que tiene el derecho de llevarla es otra. Ahora ya no puedo llamarte amigo. Ahora dejo de ser tan dependiente de tus chistes a las ocho de madrugada y tu compasión cuando mis lágrimas caían por mis mejillas. Es duro ver como te perdonas con todas esas amigas mías mientras que tu y yo seguimos sin hablarnos, empecinados. Es duro tenerte al lado y sin poder hablarte. Es duro ver como todo lo que hacíamos ahora lo haces con ella, como la haces reír,  como la haces sentir la mejor amiga. Es duro darte cuenta de que tu amigo dejo de serlo, pero más duro aún es saber que ya nunca volveréis a ser los mismo amigos, ni aunque os perdonéis y queráis volver a la rutina, la rutina se destruyo.

A diferencia de ti

Hoy es un día duro. Otra vez he recordado cosas que no quiero recordar, personas que me hicieron mucho daño. 
Al parecer le he vuelto a tomar como prioridad, mientras que yo sigo siendo aquel plan que en cualquier momento puede desechar. Nunca sabes lo que va a decidir o si última hora va a dar un cambiazo y dejarte por sus amigos. Así es el, y así soy yo. Y otra vez me encuentro un sábado a las nueve de la noche encerrada en mi habitación, y solamente por que no he tenido lo que hay que tener para romper nuestros planes y llamar a mis amigas, a diferencia de él.

"AMIGO"

Todo a cambiado tanto, me di cuenta en cuanto escuche tu risa al otro lado de la clase mientras que anteriormente te matabas por sentarte a mi lado.¿Y sabes que es lo peor? Que me duele esta separación.
¿A quienes consideras tus amigos?
Por que para mi eras un gran amigo,al contrario que tú, uno que siempre recordaba por la inmensa felicidad que me hacías sentir cuando estabas conmigo, y sin embargo seguramente yo solo fui un reto fallido, y digo un reto por dejarte llevar por tú afán deseoso de conquistarme, o quizás ya estoy delirando y entrelazando falsas hipótesis.
Realmente pensaba que el hombre y la mujer podían llegar a tener una amistad sin amores de por medio o interés sexual, en cambio ahora me retracto en mi pensamiento, por que los hombres nunca podrán ver más allá de su propio placer y egoísmo.
¿ Acaso alguna vez has sentido lo que es perder a un amigo de la noche a la mañana? Me siento como una estúpida mientras que tu pasas el tiempo que era nuestro, pretendiendo jugar a mamas y papas con otras chicas de las que al día siguiente te importan bien poco; ¡Pero que digo yo! sería verdad si por lo menos pudieses conseguir a alguna de las que te propones. No obstante en cada rato libre corres a sus pies ¿Amistad o por interés desvergonzado? Seguramente las haces creer las mejores amigas del mundo, seguramente aparentas demasiado bien que te importan.
¿Celosa? Celos bien poco, el sentimiento de engañada quizás demasiado.
Pensaba que tu y yo eramos algo distinto a los rumores de la gente y cotilleos, pensaba que tu y yo hacíamos un buen equipo en el que nos apoyábamos uno en el otro, pensaba que nunca entendiste mal mis intenciones, pero ni siquiera se como las entendiste, por que desde el primer día deje bastante claro el gran amor que siento por mi novio.
Pensaba que eramos diferentes, que podíamos abrazarnos sin que uno de los dos cállese en la absurda idea de enamorarse, ¡o que digo! tú nunca podrás sentir lo que es eso.
Lo que no sabías es que además de tener un gran novio también tuve hace mucho tiempo a un Don Juan, y déjame decirte que una vez probado a un mujeriego los pruebas al resto; Ya incluso prometes cosas que no cumples.
Nos pusimos rápidamente el término amigos y por ellos precipitadamente y sin aviso, dejamos de ser lo que eramos.

Capítulo 1: A la caza

Eran las cinco de la madrugada y allí seguía Cristina, con la misma postura y la misma sonrisa estúpida que puso después de estar hablando un gran rato con Alberto. Se conocieron en un página para conocer a tu "alma gemela", aunque más bien lo que buscaba la gente era un buena noche y nada más.
Muchas veces Cristina andaba en aquella web asta altas horas de la noche hablando con chicos y compartiendo fotos entre ellos, pero sin duda aquel joven había capturado su corazón en tan solo dos horas. Hablaban alegremente sin aburrirse uno del otro, sin silencios incómodos, bueno, uno si.
Alberto: ¿Crees que algún día podremos vernos?

Hacía bastante tiempo que aquella pregunta se había plantado delante de la pantalla de su portátil, y no sólo en el portátil si no que en su cabeza también. ¿Podrían? Querer es poder, y estaba más que claro que ella quería pero... no debía.
Cerró sin querer la pantalla del portátil, sin querer de dejar de hablar con el y repetirle lo payaso que era y las cursilerías que llegaba a decir, pero no podía evitar esa pregunta, no podía hacer como si no estuviese delante suya y cambiar de tema, simplemente no podía.
Dejo el portátil en su escritorio y se metió en la cama intentando dormirse sin tener esa pregunta rondando por su mente. Algo que le fue realmente imposible.
Misión fallida.

A la tarde del día siguiente en otro lado de la misma ciudad...

- Venga levántate- La dijo por enésima vez Elsa a su amiga Sandra.
- Que no, y no insistas- Se subió las sábanas asta el cuello, ignorando completamente el calor abrasador de aquel día de verano.
- No seas pesada ¿Vale?- Se cruzo de brazos ya enfadada.
- No, no seas pesada tú, acaso no entiendes que lo único que quiero es... es...- Y entonces se llevo las dos manos a la cara y empezó a lloriquear.
Llevaba ya una semana encerrada en su casa, el primer día se ausento por estar enferma, pero al cabo de los días esa escusa empezó a flaquear ante los ojos de Elsa, que ya se temía lo peor.
No quería salir, no quería hacer amigos, no quería ni siquiera ser feliz.
No quería nada sin él.
¿Sin quién? Sin el capullo de su ex novio. Y entonces volvió a llorar, por que le dolía demasiado a su corazón que no fuera suyo, por que le quería para ella, porque... ni siquiera supo como fue capaz de hacerla eso.
- Venga tienes que salir de estas cuatro paredes, tienes que sonreír, tienes que hacer frente a la situación San. O pretendes huir de los problemas, ¿Pretendes estar encerrada en estas cuatro paredes toda tu vida?- Siguió cruzada de brazos, a los pies de su cama.
- Quiero que te vayas- En un acto rápido se deshizo de la sábana y se sentó apuntándola con el dedo índice.
- Primero contéstame- Respondió con cara seria.- ¿Donde estaba esa amiga fuerte y luchadora?
- ¿Quieres saber donde esta?
- ¡Si!- La gritó exasperada por aquel comportamiento.
- Pues...- Lo pensó, y de nuevo volvió a llorar- Pues se fue ¡vale!, no se ha donde ni con que permiso, pero se fue, por que estaba cansada de hacerse la fuerte. ¡Que digo! por que estoy cansada de todo, de mi mierda de vida.
- Y lo entiendo...
- ¡¡No!!- Gritó fuertemente interrumpiéndola antes de que continuará- No digas que lo entiendes, por que no lo entiendes. No eres tú la que esta aquí, no es a ti a quien han dejado ¿Vale?, así que no digas que lo entiendes.
- Mira San- Se sentó a su lado- Tienes razón, quizás no lo entiendo, pero si lo he vivido, ¿Y sabes que?, que mientras el capullo de tu...- pensó seriamente sobre como llamarle- mientras que ese sujeto esta por ahí divirtiéndose tu estas aquí, encerrada y llorando por un tío que no se lo merece. Por que el se lo pierde.
- No...- Negó con la cabeza duramente y seguido mientras que las lágrimas no daban paso a sus palabras- En eso te equivocas- Y más y más lágrimas- Yo soy la que me lo pierdo- Dijo al final, agachando la cabeza.
-Ey...- la sujeto la barbilla elevando su cabeza, intentando ser menos dura con ella- mira esto es lo que vas ha hacer. Ahora mismo te vas a ir a la ducha vas a cojer lo primero que pilles y nos vamos a ir juntas a una fiesta que me han invitado.
- No... déjalo, te han invitado a ti.
- He dicho que si- Sonó rotunda- Y ya esta venga- La agarró del brazo obligando la a moverse y la metió en el baño- Date prisa y no tardes mucho.
Elsa se sentó en la cama, aproximadamente tres cuartos de hora, lo que Sandra utilizó para arreglarse.
le rompía el corazón ver a su amiga yendo de un lugar a otro con las lágrimas en su moflete, parecen no acabarse nunca.
- Ya- Dijo mirándola fijamente, con aquellos ojos humedecidos y rojos aún.
- Ahora tienes que sonreir- extiro sus mofletes- así estas más guapa.
- Si ya.
- Deja esa actitud negativa- La dio un codazo mientras salían por la puerta.

el mismo día, a la misma hora pero en otra ciudad...

- Venga, pasar pasar- Les invitó su tía Margarain. 
Al parecer los padres de Cristina habían echo planes con la familia sin contar a los pequeñajos. Es más, esa misma mañana fue cuando Cristina se entero de que iba a pasar todo el fin de semana en la casa de su tía, algo que no le hacia demasiada gracia. Aunque lo que menos le hacia gracia es que no había ningún ordenador, bueno... ningún ordenador para ella.
No es que no le guste ver a su familia, es sólo que allí no había nada que hacer y encima para colmo hoy era aquella fiesta a la que tanto ansiaba asistir. Maldita sea al parecer todo iba en su contra.
Ahora lo único que le quedaba eran aquellas 48 horas era pasarlas con la perra de su tía. Pobrecita. No ella si no Nala, la perrita.

- Pero venga, daros prisa- Les daba golpecitos en sus espaldas Margarain.
Después todos se saludamos y ella rápidamente cojió a Nala, antes que pasar otro rato más escuchando aquella conversación sobre aquellas jóvenes irresponsables que se embarazaban a los 16. Vale que ella no estaba de acuerdo, pero cada uno tiene su vida y unas consecuencias a las que hacer frente, así que, que las dejasen en paz, ellas eran libres para embarazarse a la edad que querían ¿Por que entremeterse en la vida de los demás?
Se tumbo en el sofá con ella, esperando que pronto le atacará el sueño y todo fuera más deprisa.

Ese mismo día, a la misma hora pero en otra ciudad...

- Ya me estoy arrepintiendo de haber venido- le contó Pedro a Alonso.
- ¿Por?
- Imagínate que viene, sólo imaginate lo- Supuso.
- Pues entonces no pasa nada, tú a tú rollo y ella al suyo, yo no se donde le ves la complicación.
- Si claro- Puso cara de dolor- Es fácil decirlo cuando uno no esta enamorado.
- ¿Enamorado?- Se quedo perplejo ante aquella estupidez- Tio de enamorado nada, fuiste tu quien corto con ella.
- Lo se vale, pero lo hice por su bien.
- Y una mierda, lo hiciste por que ahora te siente culpable.
- joder... para ya que me estas haciendo sentir como una mierda- Dio una patada a las piedras.
- Tio es que es verdad, no haberte enrollado con la Jenny si tenías novia.
- Mira que no creo que seas el más indicado para hablarme de cuernos- Le indico con el dedo índice.
- Lo se, pero yo al menos no la querría.
- ¿A quien?
- A ninguna- Y echo a reírse, asta que la vio. Los ojos de ella se posaron en los de el durante un segundo, sólo un segundo, y fue sin duda el segundo más largo de su vida. Ella, vaya, ella era realmente guapa, con su pelo avellana con reflejos rubios y sus ojos verde pardo. Definitivamente ella era la caza de hoy día. Y entonces torció la mirada un poco a la derecha y allí la vio, a la ex de Pedro- mmm.. Pedro.
- ¿Qué?- Le pregunto molesto.
- Creo tu ex esta aquí.
- ¡¿Como?! Joder, mierda, me largo ¿Vale? ya mañana nos vemos.



- Tia, como va a estar aquí Pedro- Dijo Elsa a San.
- Cómo lo oyes, le he visto irse hacia esa dirección- Señalo a la puerta.
- Pues debes estar equivocada. Anda vayamos a divertirnos que por eso hemos venido aquí.
- Ey hola- las saludo el cumpleañero.
- Hola- Dijeron las dos al unísono con una sonrisa en la cara, la verdad es que Rub era bastante guapo.
- ¿Qué tal os lo estáis pasando?
- Pues acabamos de llegar- Indicó Elsa.
- Anda venir, que os llevo donde las bebidas- Agarró de la mano a San y San a Elsa.
- Pues aquí es- Dijo sofocado con los dos primeros botones de su camisa desabrochados.
- Bonita cocina- Apunto San.
- Que va- Se apoyo Rub en la encimera- Para bonita tu- Esbozó una sonrisa.

O era Elsa que estaba loca, o estaba entremedias de un ligue
- Bueno yo... me voy a llenarme el vaso- Dijo Elsa, una vez que lo lleno y se giro ellos ya no estaban ahí. Arrastro una silla hacia atrás y se sentó. En verdad ella no era mucho de fiestas, no solía ser la que salía a la pista y lo daba todo, de eso ya se encargaban sus dos amigas San y Cris, ellas eran las que la animaban. Era raro tener que ser ella la que animase.
- ¿Divertida no?- Dijo una voz masculina al lado suyo. Al parecer un joven bastante guapo se había sentado en frente suya sin darse cuenta. Bastante guapo, pero no le daba buena pinta, sin duda era demasiado... demasiado egocéntrico y se notaba en los gestos de su cara que también caprichoso con las mujeres. Tanta guapura desperdiciada, vaya, pensó ella.
- El que- Dijo mirando la mesa.
- La fiesta- Y Elsa giró un poco su silla para mirarle cara a cara.
- Si- Mostró una sonrisa falsa.
- Alonso- Le estrecho la mano- Encantado- e hizo una reverencia.
- Elsa, encantada- Y se rió con naturalidad.

Pasó algunos minutos y aquellos dos seguían sentados, pero sin hablar, ella recorría con sus ojos la cocina, cada centímetro, cada objeto, mientras tanto el la miraba embobado y nervioso.
- ¿ Qué tal?- La preguntó por decir algo.
- Bien ¿tú?- Le miró, algo que bloqueó a Alonso, su mirada era tan intensa.
- Si, bastante bien también.
- Me alegro- Dijo ella volviendo sus ojos a la cocina.
- Yo también- Murmuro él.

El silencio se hacia cada vez más permanente, la verdad es que Elsa tenía ganas de cojer a su amiga y salir de aquella fiesta de raritos.

- ¿Que tal?- La preguntó de nuevo aquel Alonso con una sonrisa estúpida plasmada en la cara.
- Bien- Se rió- ¿Tú?
- Bien también- Logró decir sintiéndose estúpido.
- Okey- Contestó esta vez más borde, esperando que se fuera.

Pero no se fue, siguió allí, con aquella sonrisa de estúpido que había plantado en su cara desde el minuto uno que pudo estar con ella a solas.

- ¿Que tal?- La volvió a preguntar después de diez minutos en silencio. A lo que ella suspiró, si, la verdad es que había mucho rarito en esa fiesta.
- Pues bien fíjate- y le miró cansada, aunque no supo bien por que soltó una sonrisa, igual o incluso más estúpida que la que tenía él en su rostro.- Oye... ¿Me estas vacilando?- Preguntó sin más.
- No, sólo quería seguir oyendo tu voz- Egocéntrico pero dulce.
- ¡Oh!- Fue lo único que se le ocurrió contestar mientras se sonrojaba.

Entonces una chica demasiado borracha se puso entre medias de los dos, miró a uno luego al otro y comenzó a reírse.
- ¿Por que no os liáis ya?- y siguió riéndose  mientras salía de la cocina.
- ¿Quieres que salgamos fuera?- Preguntó Alonso a Elsa. Y entonces, todo se fue a la mierda ¿Dulce? Ese sabía muy bien su estrategia.
- Me voy ¿Vale?- Sonó un poco más brusco de lo que quiso. Agarro su bolso y se dispuso a salir de la fiesta justo cuando vio como su amiga San estaba gritando a Pedro muchas cosas y a una velocidad impresionante, a veces se le escapaba un grito ahogado y le pegaba en el pecho con su palma abierta. Al principio la mirada de Pedro transmitía rabia por cada veta, pero más tarde agacho la cabeza arrepentido de algo.
Elsa subió las escaleras, queriendo cortar aquel espectáculo que todos los invitados estaban presenciando en silencio y se hizo pasar entre el gentío.
Cuando llegó allí arriba, en la segunda planta todo se veía más claro. Ahora podía entender ella por que San chillaba con tanta rabia a su querido ex.
- Ven, vámonos- Tiró de su brazo intentando llevársela. 


Detrás del escenario


- Introducción de una nueva historia:

Detrás del escenario



Conciertos, giras, cantantes famosos, ese era el mundo que rodeaba a Ruth. Ruth, rebelde, simpática, amable y sin ganas de conocer el mundo del amor, sin ganas de sufrir y de ser controlada por sus padres. Mientras Ryan se encontraba en su escritorio, conociendo los nervios, el cansancio de los exámenes. Ryan, popular, simpático, atrevido y demasiado orgulloso para poder tener una relación estable. Eran diferentes, es más, no tenían nada en común, ni la música, ni los gustos ni si quiera la posición social. Pero había algo fuerte que les unía: El amor. Eso que algún día hizo feliz a Ruth.


1 verdad Universal.

¿Que es la filosofía?

Ese era el gran interrogante al que todos los filósofos buscaban su respuesta. Y es que, más quisiera yo que esa fuese la única pregunta que rondase por mi cabeza. ¿Por que las cosas siempre cambian tarde o temprano a mal?. Sí algún filósofo hubiera dado una solución a esta cuestión en si, entones, si me hubiera interesado por la dichosa filosofía. Sin embargo, sólo se la pasaban discutiendo sobre la existencia de Dios, la existencia del mundo externo, Lo que podíamos conocer.... y unas cuantas chorradas mas. Mas no hubiese venido mal haber estado informada de los cambios, de que no todos los recuerdos por bonitos que sean son buenos. No hubiese estado mal saber que no he de confiar en la gente, y que si algún día entregaba mi corazón, debería de hacerlo con cautela, y contratando a un detective para que investigará que haría aquel individuo con tal poder que le había otorgado. Por que cuidar el corazón de otra persona es igual o mas difícil que cuidar de uno mismo. Si me hubieran prevenido de que las palabras se las lleva el viento, mil lágrimas me hubiera ahorrado, igual que si me hubieran comunicado, que ni los bueno son tan buenos, ni los malos tan malos. Qué mejor malo conocido que bueno por conocer, y que todos lo bueno siempre acaba. Entonces, sí me hubiera interesado por los filósofos. Pero si su razón de vida era filosofar sobre la filosofia, entonces, yo me dedicaré a escribir sobre las verdades del mundo, de esas que uno siempre quiso haber estado informado para no sufrir. 
Y empiezo por contestarme a mi primera pregunta: "¿Por que las cosas siempre cambian tarde o temprano a mal?" Por que la gente se modifica, dejan de ser lo que eran, y provocan cambios buenos o malos, aunque generalmente son demasiado malos. Como aquel querido amigo con el que te tirabas las horas hablando en un parque de tonterías, y ese es el mimo al ahora no saludas.

Inmaduro

- ¿Por que lloras?- Le preguntó aquel chico rubio de ojos azules del cual llevaba tres años enamorada.
- No lo comprenderías, eres un crió.

Y así eres tú, un inmaduro, como aquella chica se quiso referir. No entiendo bien por que pero tu inmadurez decidió poblar mi corazón. Tu risa decidió quedarse grabada en mi mente como el sonido más agradable que jamás llegue a oír. Tu mirada se quedó en mis recuerdos ametrallando me. Y aquel dulce aroma, no he llegado a exterminarlo ni con la colonia más lujuriosa del mundo.
Cada día te levantas con un propósito nuevo, aunque últimamente tú único objetivo es marcar mi corazón de la peor manera: Hacerme daño. Lo estas destruyendo. Lentamente, todo a tu paso.

La angustia de estar enamorado







-Bien... ¿Cuál es el problema, Samuel? ¿Es sólo por mamá? ¿Hay algo más? Quizás... ¿el cole? ¿Alguien te está amenazando... o es algo peor? ¿Puedes darme alguna pista, o no?
- ¿De verdad quieres saberlo?
- De verdad quiero.
- ¿Aunque no puedas hacer nada para ayudarme?
- Aunque ese fuera el caso, sí.
- Vale. Pues... lo que pasa... es que estoy... enamorado.
- ¿Qué?
- Ya sé que debería estar pensando en mamá, y lo hago. Pero estoy enamorado. Ya lo estaba antes de que muriera y no hay remedio.
- ¿Pero no eres un poco joven para estar enamorado?
- No.
- ¡Ah! Pues vale, bien. Vale. Bueno... Pues me siento un poco más aliviado.
- ¿Por qué?
- Pues porque... pensé que sería algo peor.
- ¿Peor que la angustia de estar enamorado?
- ¡Ah! Oh, sí, tienes razón. ¡Angustia total!

                                                                                                                                                                        - Love Actually

Ella, siempre será ella.



Nunca había conocido a una persona tan fuerte como ella. Siempre envidiaba su forma de soportar todo aquel sufrimiento, envidiaba la forma en como se evadía del mundo tan fácilmente. A veces su fuerza flaqueaba por momentos y me mostraba que como todo ser humano ella tenía sentimientos. A veces se caía por el camino, pero se levantaba rápidamente y con una nueva sonrisa, y cuando no era así, yo la ayudaba y le pintaba un nuevo día. Era fuerte, muy fuerte. Pude ver como soportaba humillaciones incluso de su propia familiar. Yo era aquella amiga que le quitaba las lágrimas con un pañuelo. Le partieron el corazón tantas veces, la hicieron tanto daño, y sin embargo ella seguía firme, y nose enfada con el mundo, ella seguía siendo ella, aunque la gente fuera en su contra, ella nunca dejaría de ser ella. Sin duda una autentica personalidad.

Y dijiste hasta luego pero no adiós



Ya te has ido. Quiero que sepas que nunca seras sustituible, que las noches contigo nadie las podrá borrar, que tus besos y tus caricias quedaron para siempre marcadas en mi cuerpo. Amor, lo nuestro fue algo inigualable.Tu vuelo a salido y mi corazón se fue contigo, y mientras veo pasar mi tren. Y me preocuparía si no fuera por el echo de que el destino nos dará otra oportunidad. Por que aunque haya perdido el tren de las cinco, todavía me queda el de las seis, el de la siete... Por que se que volverás, bajaras de ese avión y todo volverá a ser como siempre. Sólo es cuestión de tiempo, ese que pasa lentamente haciéndome daño a cada segundo que pasa.

Soledad


La rompieron el corazón. La traicionaron. La mintieron. Y también la destruyeron. Ella, ya no era ella. Ella dejo esa sonrisa que se expandía como el mar, por una tristeza que se la reflejaba en el rostro. Dejo los vestidos, las camisas y los pantalones de colores vivos, por negros y grises insustituibles. Se corto su cabello largo y rubio que expresaba un enorme timidez, por un corto y pelirrojo. Definitivamente ella, ya no era ella. Se pasa las horas acompañada de su eterna soledad, si, por que ella si que era un amiga. Por que la soledad no traiciona, no miente, no abandona, y si acudes a ella, te estará esperando con los brazos abiertos.

Dependiendo de ti



- Sabes... antes de conocerte mi vida era diferente. Me pasaba las noches en discotecas y levantandome de puntillas por las mañanas para no hacer ruido, y levantar a aquel desconocido que estaba dormido a mi lado. 
- ¿Y por que lo dejaste?
- Por que antes... no dependía de nadie.

..Y quizás en otra era



No pudo ser. Quizás en otro lugar y en otra era todo hubiera sido distinto, incluso perfecto. Quizás si no fueras tu y no fuera yo, no se hubiera acabado. Algún día, creí en que nuestros caminos estaban unidos. Pero me equivoque, no eramos paralelas, simplemente eramos una estúpida equis. Y la realidad fue que algo quedo claro de todo esto, tu tenías tu vida y yo la mía, hiciéramos lo que hiciéramos ninguno de los dos estaba dispuesto a renunciarla. Realmente nuestros caminos se juntaron, para luego seguir con sus direcciones y lograr dejar ese amargo sabor. Fuiste como una estrella fugaz, rápida, bonita y demasiado dolorosa antes los ojos del ser humano.






Te echo de menos

Querida amiga, o mejor dicho: Querida desconocida.


Donde dejaste todas aquellas promesas que incumpliste? Donde quedaron nuestras noches juntas?. Te marchaste para no volver mas. Para no volver a ser mas aquella amiga a la que tanto quería. Juraste y perjuraste que nunca acabaríamos separadas. Pero una vez más rompiste tu promesa. Ahora tu estas allí y yo estoy aquí, separadas por un gran orgullo, o quizás simplemente nuestro destino no estaba unido.